Una carta para Thiago

Tengo que escribirte una carta 
nunca antes había pensado que escribirte 
un pedazo blanco de papel 
que capaz luego guardas en el bolsillo
y se arruga
o se moje,
lo pierdas y ya fue.
No sé que puedo darte
si no es con todo el cuerpo,
con toda la fibra de mi ser
que traspasa tu fibra
para darte vida,
para traerte más acá del aire.
Una pradera enorme para que corramos
o juntemos flores y semillas
y se nos rayen los ojos con el sol
un día,
una noche,
una vida
hasta que vos quieras,
yo sabré luego pararme en puntas de pie
y verte desde acá
como tu cuerpo hecho mañana,
crecido y fuerte,
se alarga del mío.
Te prometo que será así
voy a llover de alegría
al ver tus coordenadas
ya trazadas,
tu sombra nueva
distinta a la mía,
llena de todo lo que nos dimos
sin deudas ni secretos,
con el puñado de preguntas colmado
esparcirse a lo lejos
sobre otras tierras
y otros cuerpos
un pan y un aire fresco
para nacer en otro sitio
o quizá todo para vos.
Lo que quiero decir
es que no es mi hora preferida del día
pero ahora que lo pienso
deseo escribirle al TIEMPO
meternos adentro y alrededor
por un largo rato,
poder jugar con más ganas,
agarrarte la mano cuando tus ojos griten,
darte el beso antes de dormir que garantiza un lugar a salvo,
o hacerte cosquillas de esas que te hacen gritar,
y no quejarme nunca más por las cosas no hechas,
más bien dejar que llegue el abrazo,
que algunas cosas que no te gusten
podamos hablarlas con más calma y entonces entiendas,
que confíes en mí,
que afirmes que me extrañaste cuando volvés,
y por sobre todo
quedarnos de este lado de la memoria
sin necesidad de pensar en una carta
para después.

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