Los hilos

Dos cosas nunca se detenían:
el agua corriendo por las plantas
y el arrorró de la máquina de coser.
Aprendió costura desde chica
hizo su vestido de novia con las manos,
y el de su hija,
también mis vestidos
y el guardapolvo de jardín.
Nunca había cosas rotas
ni descosidas
le daba oportunidad a todo trapo,
las telas viejas volvían nuevas.
Tenía el poder de juntar
los hilos
y los hijos.

Comentarios

  1. Costurera de amor, me encantó ese final.
    Te visito y me gusta lo que leo.
    Con tu permiso, me quedo por aquí.
    Saludos.

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