El Terry

Con el Terry 
pasábamos tardes tirados en el fondo
esperando que salieran
de un hueco las hormigas,
con lupa en mano y una pinza
yo las metía rápido en un frasquito
y él de un lengüetazo en la panza.
Las que lograba guardar
las alimentaba con yuyos,
agua azucarada
y le perforaba la tapa al frasco.
Teníamos un arreglo
él hacía guardia hasta que yo volvía de la escuela
entonces yo le revisaba la lengua y el hocico
por las dudas
y si todo estaba bien
en vez de hormiga
ligaba pan con manteca.

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